En los cafés pequeños de Puerto Aysén, entre la bruma patagónica y las conversaciones sobre el clima o la pesca, hay un nuevo tema que empieza a colarse entre jóvenes y aficionados al deporte: las apuestas basquetbol.
La escena se repite cada semana.
Los partidos de la NBA, la Euroliga y la Liga Nacional se siguen en tiempo real desde celulares y laptops, con estadísticas al segundo y plataformas de apuestas abiertas a un clic.
Lo que antes parecía una tendencia lejana o urbana, hoy forma parte de la vida cotidiana en esta comuna austral.
Puerto Aisén vive una transformación digital silenciosa, impulsada por una generación conectada, autodidacta y entusiasta por el deporte.
Y dentro de este paisaje tecnológico incipiente, el básquetbol se posiciona como uno de los favoritos para apostar.
El ritmo del juego, la posibilidad de seguir a figuras globales y la variedad de resultados posibles en cada encuentro han despertado el interés de una comunidad que busca alternativas nuevas de entretenimiento.
No se trata solo de apostar por quién ganará.
En las plataformas más utilizadas por los aiseninos, las opciones son múltiples: quién encestará más triples, cuántos puntos tendrá un jugador en el segundo cuarto, qué equipo liderará al medio tiempo.
Las apuestas se diversifican y con ellas crece el nivel de análisis, el seguimiento detallado de estadísticas y la conversación colectiva.
“Antes hablábamos de fútbol o de boxeo. Ahora todos están con el básquet y el celular en la mano. Algunos siguen hasta la liga universitaria de Estados Unidos”, comenta Alejandro, joven de 27 años que trabaja en un taller mecánico y sigue partidos en sus ratos libres.
Como él, decenas de jóvenes se conectan desde sus casas o puestos de trabajo para participar en esta nueva dinámica.
El fenómeno no es poca cosa.
Aunque Puerto Aisén sigue siendo una comuna con desafíos de conectividad, los avances en infraestructura digital han permitido que estas plataformas funcionen sin problemas.
El crecimiento del acceso a internet móvil ha sido clave para que las apuestas deportivas, en particular las relacionadas al básquetbol, se integren como parte del ocio cotidiano.
Además, el interés ha comenzado a trascender lo personal.
Se organizan grupos de amigos para seguir partidos juntos, se comparten tips y estadísticas por WhatsApp, y no es raro que el desempeño de equipos como los Golden State Warriors o los Denver Nuggets se discuta con el mismo entusiasmo con que antes se hablaba de la pesca.
Las casas y cafés con buen WiFi han visto un cambio en sus visitantes.
La pantalla ya no solo muestra series o películas, sino también encuentros deportivos en vivo con anotaciones en tiempo real.
La apuesta deportiva sobre básquetbol no es vista aquí como una actividad marginal, sino como parte de un nuevo entorno digital que despierta interés, conversación y comunidad.
En uno de los extremos más australes del país, donde la vida suele avanzar al ritmo de las estaciones, el básquetbol ha encontrado un lugar inédito.
Y con él, las apuestas deportivas han dejado de ser una rareza para convertirse en parte del día a día. Desde Puerto Aisén, los tableros digitales también están marcando puntos.