Chile es un país de renta alta clasificado entre los mejores países latinoamericanos en el Índice de Desarrollo Humano. Debido a su bonanza económica, Chile no puede optar a la ayuda oficial al desarrollo (AOD) desde 2017.
Esto no ha frenado el crecimiento del país gracias a la aplicación de políticas fiscales sólidas para garantizar la sostenibilidad económica.
Visión general
A lo largo de los años, la dedicación del país a la disciplina fiscal y a la gestión juiciosa de las finanzas públicas ha desempeñado un papel fundamental en su éxito y estabilidad económicos.
El efecto dominó de la economía del país también se aprecia en la moneda nacional, el peso chileno. Aunque la moneda está restringida, lo que significa que sólo puede cambiarse y utilizarse dentro de Chile, los comerciantes e inversores pueden negociarla en los mercados de divisas.
Como cualquier otro país, Chile ha luchado contra importantes bloqueos económicos. Varios factores estructurales han producido desigualdad y exclusión en sectores y categorías de población específicos.
Además, la economía chilena depende principalmente de las exportaciones de cobre, sujetas a la volatilidad de los precios de las materias primas. El país también ha tenido su buena ración de conspiración y corrupción desde la autoridad de arriba hacia abajo.
No obstante, Chile ha sido capaz de ampliar el alcance de sus perspectivas económicas y posee el marco macroeconómico y las instituciones independientes más sólidas de la región.
La fortaleza económica y la sostenibilidad de Chile residen en la estructura de la política fiscal del país. Este artículo destaca las singulares políticas que la República de Chile ha adoptado para allanar el camino de su crecimiento y sostenimiento económicos.
El nivel de vida de Chile ha aumentado considerablemente en las dos últimas décadas, duplicándose la renta per cápita media de los hogares hasta convertirse en la más alta de América Latina.
Gracias a este rápido ascenso, Chile pudo equipararse a otros países de la OCDE.
A mediados de la década de 1990, la renta familiar disponible per cápita media en Chile era el 40% de la media de la OCDE, pero en 2013 había aumentado al 51% de la media de la OCDE.
Las tasas de pobreza cayeron de más del 40% en 1990 al 7,8% en 2013, y la pobreza relativa se desplomó más rápido que en cualquier otro país de la OCDE.
Del mismo modo, la esperanza de vida al nacer pasó de 76,5 años en 1990 a 78 años en 2014, y la tasa de matriculación en la enseñanza superior aumentó del 36% en 2000 al 79% en 2012.
Entre 1990 y 2014, el crecimiento medio del PIB fue superior al 5% anual. Según estudios recientes del Banco Central, el PIB de Chile creció un 10,5% y un 11,5% en 2021.
Aunque el auge de las materias primas del cobre en el mercado mundial fue vital para el desarrollo de la sólida economía chilena, el resultado positivo refleja las sólidas políticas macroeconómicas, financieras y estructurales de Chile.
Bases de la sólida política fiscal chilena
La sólida política fiscal de Chile ha contribuido a avanzar en la sostenibilidad económica del país. He aquí los componentes críticos de su política:
Norma Fiscal
La norma presupuestaria chilena se centra en mantener un equilibrio presupuestario estructural del 1% del PIB. Esto significa que cuando las empresas prosperan y la economía está en auge, el presupuesto del gobierno es más que suficiente.
Sin embargo, si el país está en recesión, el presupuesto pasa a ser deficitario; no obstante, el gobierno puede tomar medidas para estimular la economía aprovechando el capital extra obtenido cuando la economía estaba en auge. Esta política evita que el gobierno gaste más de la cuenta y se endeude.
Fondo soberano
Un fondo soberano es una iniciativa del gobierno de un país para invertir en activos reales y financieros como metales preciosos, acciones, etc., en todo el mundo.
El fondo soberano de Chile se creó para promover la estabilidad macroeconómica y financiar ciertos pasivos contingentes como el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) y el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES).
Los ingresos del cobre financian el fondo soberano, que también ayuda a proteger las finanzas del gobierno de las fluctuaciones del precio del cobre.
Tipo de cambio flexible
Chile tiene un tipo de cambio flotante, lo que significa que las fuerzas de la oferta y la demanda determinan el valor del peso chileno.
El objetivo de la política monetaria del Banco Central de Chile al optar por un tipo de cambio flotante es proteger la economía del país de las perturbaciones externas derivadas de los tipos de cambio fijos.
Banco Central Independiente
Los bancos centrales dependientes están limitados por la incapacidad de tomar decisiones sin una directiva de funcionarios elegidos políticamente. Esto puede ir en detrimento de la capacidad del banco central para controlar la inflación y dar respuestas rápidas para mitigar sus efectos.
Por otra parte, un banco central independiente como el de Chile puede luchar contra la inflación fijando tipos de interés bajos sin interferencias de los cargos electos ni del sector privado.
Gestión de la deuda pública
La prudente estrategia de gestión de la deuda de Chile ha contribuido a su estabilidad económica. El gobierno ha disminuido proactivamente los niveles de deuda pública y ha establecido un bajo ratio deuda/PIB. De este modo, puede contribuir a mitigar los riesgos financieros, aumentar la confianza de los inversores y promover futuras inversiones.
Ley de Responsabilidad Fiscal
Chile cuenta con un amplio marco jurídico para garantizar la disciplina fiscal del gobierno. La Ley de Responsabilidad Fiscal, promulgada en 2006, establece directrices claras para la gestión fiscal, incluidos los límites de los niveles de deuda, los déficits presupuestarios y el gasto público.
Instituciones fiscales independientes
Chile cuenta con importantes instituciones fiscales independientes, como el Consejo Fiscal Asesor, que velan por que la política fiscal se cumpla, tenga efectos económicos positivos y se modifique cuando sea necesario.
Aumentan la transparencia, la responsabilidad y la credibilidad de las decisiones de política fiscal para mantener una economía progresista.
Estos conceptos han contribuido a que la política fiscal de Chile sea una de las más sólidas del mundo. Como resultado, Chile ha mantenido un bajo nivel de deuda al tiempo que ha mantenido un alto nivel de actividad económica.
Conclusión
Aunque el crecimiento se ha ralentizado, las políticas fiscales de chile siguen desempeñando un papel importante para garantizar la sostenibilidad de la economía. Una perspectiva a largo plazo rige la política fiscal del país para lograr un desarrollo económico sostenible y el progreso social.
Por ello, el gobierno chileno lleva a cabo una planificación integral, invierte masivamente en capital humano, promueve la diversificación de la economía y aborda las desigualdades sociales para fomentar un crecimiento integrador.
La sólida política fiscal de Chile, caracterizada por un firme compromiso político con la disciplina fiscal, un sistema tributario que funciona correctamente y un sector público transparente y responsable, ha sido fundamental para garantizar la sostenibilidad económica.
Estas políticas han ayudado al país a superar los retos económicos, garantizar la estabilidad monetaria y fiscal, promover el crecimiento económico y proteger el medio ambiente.