Santiago, febrero 2020. Entre las regiones de Valparaíso y el Maule, más de 10 embalses y lagunas están a menos del 40% de su capacidad. La sequía es un hecho y así lo corrobora el último informe de la Dirección General de Aguas (DGA), dependiente del Ministerio de Obras Públicas, cuya conclusión fue categórica: el déficit de lluvia en la zona central del país supera el 80%.
Entre estas regiones se ubican la mayoría de las fuentes de riego y agua potable del país, lo que ha afectado seriamente a la agricultura, la ganadería y a los cultivos, que en el caso de la superficie frutícola nacional alcanza a 294.000 hectáreas entre las regiones de Atacama y Los Lagos, las más afectadas por la escasez hídrica que afecta a nuestro país.
Es así como este sector produce aproximadamente 5 millones de toneladas de fruta, de las cuales se exportan 2,6 millones como fruta fresca, generando más de USD 4.000 millones anualmente. Esto transforma a Chile el primer exportador de fruta del hemisferio sur y líder exportador mundial de uva de mesa y arándanos.
“Existe una migración de cultivos tradicionales al sur, debido a que los sectores del centro del país se han visto severamente afectados por el déficit hídrico. Productores de paltos en la VI y V región han debido cortar y dejar de regar parte de sus huertos para salvar los árboles. En tanto, los pequeños agricultores han perdido sus animales y sus cosechas debido a la falta de agua y forraje”, explica Pablo Stevenson, gerente general de Tattersall GDA.
El efecto del cambio climático y la sequía ha hecho que estos cultivos tradicionales pasen a segundo plano, ya que la cereza se coronó como líder indiscutido en el ranking de exportaciones de productos agropecuarios al finalizar 2019. Se generaron envíos por US$ 1.562 millones, suma que representó un repunte de 44,7% en comparación con el año anterior, mientras que la uva evidencia una caída de 2,8% en comparación con el mismo periodo.
En el contexto nacional, generando una radiografía de los cultivos que se posicionan en cada región, se puede observar el efecto del cambio climático y la respuesta de los agricultores frente a dicha nueva realidad y a la aparición de nuevos actores y demandas del mercado mundial.
A modo de ejemplo, en Chile mientras los cítricos se posicionan en la zona norte del país afectada por la escasez hídrica, los nogales cuentan con una marcada presencia en el centro y sur del país, presentándose como una opción para aquellos que quieran innovar en formas de cultivo de frutas, sobre todo para los predios ubicados desde la región de Valparaíso hasta el Biobío. Asimismo, el arándano vive otra realidad, ya que no obstante ser un producto muy extendido en su producción en el país, según datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura y Riego de Perú, el país vecino desplazó a Chile como líder mundial en la exportación de arándanos, exportando más de 134 mil toneladas de esta fruta, mientras que en Chile la cifra fue de 112 mil en 2019.
Según muestra entregada por Tattersall GDA, efectuando un análisis de los cultivos a nivel nacional, se pueden distinguir las diferentes zonas (ver recuadro adjunto) en las que se han generado los polos de desarrollo agrícola para cada una de las especies.