Rosa Flores: “A la región llegan malas personas que no aclaran los casos”

En el mes de marzo para muchos se inicia un periodo escolar, para otros un año laboral, pero para quienes integran la Agrupación de Familiares y Amigos de las Victimas de Aysén, comienza una larga vigilia que cada cierto tiempo lleva a recordar la muerte en extrañas circunstancias de los doce jóvenes del emblemático “Caso Aysén”.

Hace poco se llevó a cabo una jornada de oración y reflexión por el fallecimiento en dudosas circunstancias de Víctor Hugo Barría Mardones, pero el dolor y tristeza se extiende a otros once hechos, que marcaron una época donde el narcotráfico, el incendio de tribunales, la presencia de “intocables” y la presunta participación de uniformados, se confabulaban para hacer más oscuras las historias que terminaron con la vida de estos aiseninos.

Rosa Flores, es madre de Roberto Lagos, otro joven muerto en extrañas circunstancias y cree firmemente que a la región llegan “malas personas, que no tienen interés de aclarar los casos”.

“Ojala tengamos justicia, porque todos estos años es lo único que hemos pedido incansablemente. Pero no sé porque aquí a la región llegan tan malas personas, que no tienen interés de aclarar los casos  y no investigan como corresponde. Siguen pasando casos y ahí están, no hay ningún resultado de nada, así es que, eso te molesta y te da rabia. Pero hay que seguir adelante, somos fuertes y yo sé que vamos a salir victoriosos de alguno de los casos”.

La esperanza de que algún día la justicia en Aysén reaccione e investigue como corresponde no se ha perdido, añadió Rosa Flores.

“Es muy triste recordar, pero hay que seguir adelante, no hay que perder las esperanzas de que algún día la justicia en Aysén reaccione e investigue como corresponde. Para ello también es importante que las familias del caso Aysén continuemos unidas, algún día tendremos justicia por la muerte de nuestros hijos”.

El apoyo de las autoridades es algo que ha estado siempre ausente, en la petición de justicia de los familiares que perdieron a sus hijos en extrañas circunstancias y que esperan algún día cambie.